Tatuaje: Proceso de individuación, explorando mi sombra.

¿Por qué un sol? ..Pero, ¿y por qué no?

Imagina un cuarto asfixiado en oscuridad que estalla en silencio. Estás completamente sola, sientes un frío intenso que te mantiene acostada sin poder levantarte. ¿Y si retrocedemos a tus peores momentos en el transcurso de toda tu vida? Esos momentos en los cuales te diste cuenta que realmente estás viva porque no dejabas de sentir cuando tan solo querías dejar de hacerlo. Desesperación, indecisión, culpa, miedo, ansiedad, dolor, vergüenza, tristeza, nostalgia, cólera, ira, frustración, indiferencia. ¿Recuerdas aquella vez que te hicieron daño? Pero, también recuerdas aquella vez que hiciste daño, ¿no es cierto? Ninguna mejor que la otra. ¿Y de pequeña, cuando inocentemente creías en la sencillez de las cosas pero en ocasiones el mundo te demostraba sutilmente su inmensa crueldad? ¿Y todos los planes que no se cumplieron, los sueños que no se alcanzaron, tu cariño herido, el orgullo dañado, las mentiras, las promesas rotas, la soledad, las personas que se fueron y los momentos que desaparecieron? Tu gran e incierta vida, nuestra magnífica e intensa humanidad. ¿Recuerdas cada expresión de aquel dolor, cada detalle del sentimiento? Espero que sí, porque es ahí cuando te descubres, pienso que en tu día a día no sabes realmente quién eres, solo y sencillamente eres, en cambio, en momentos así, desesperadamente buscas un -tú- que sepa conllevar aquello, te reinventas, construyes y escoges quién ser. En ocasiones creamos buenas opciones, precisas para la situación y el momento complicado, mientras que en ciertas circunstancias, estas nos sirven como una lección que arde en llamas. Cierras etapas y abres otras, como puertas, cambias de temporada, pero siempre volverás a pasar por algún infernal cuarto oscuro. La idea, es siempre tener algo dentro de ti que ilumine el camino hacia alguna puerta.