"No puedes ir por ahí enamorando a personas y luego huyendo cuando quieren algo más real contigo."
Cómo así real? Acaso no todas nuestras interacciones son reales? No todos nuestros momentos son reales? Qué hace a algo más real y a otro menos? Si solo lo sabes tú, ¿fue real? y si lo saben dos, ¿ya es real? No todo lo que das y recibes es real? Entonces, qué es real?
"Vas por ahí creando ficciones y luego te vas."
Cuando supe quedarme, se fueron.
Una vez leí que existen mecanismos de disipación de conflictos, muy antiguos, más animales, como irse.
No huyo, tampoco me voy, no desaparezco ni me alejo, solo pierdo interés, supongo que es todo lo mismo, y esto lleva a lo otro.
¿Cuál es tu peor temor? ¿A qué le tienes miedo?
En parte tengo miedo a que me lastimen; en realidad no, según yo, nunca le tuve miedo a eso, mi temor a lastimar, eso sí estoy segura que es real. Hacerle daño a alguien es horrible, hacerle daño a alguien que amas, puede que sea uno de mis más grandes temores y puede que sea incluso peor que extrañar, o quizá son igual de mortales. Lastimar, tiene un poco de falla y decepción. Creo que duele más hacérselo a alguien, que cuando te lo hacen a ti. Ahora, la diferencia con extrañar, es que este último es algo crónico, te hinca lenta, suave y sutilmente, quizá eso lo hace peor y más mortal, mientras que lastimar a un ser querido, duele en segundos, son múltiples armas lanzando su fuego furioso que explota en un instante. ¿Lastimar es una emoción y extrañar es un estado de ánimo? Claro, metafóricamente hablando. Las emociones duran intensos segundos, mientras que un estado de ánimo se prolonga, y lo hace más y más cuando tu cerebro entra a un bucle con memorias y recuerdos, añoranzas y deseos, sueños, preguntas sin respuestas y tristeza con nostalgia, o simplemente, aunque no tenga nada de simple, una parte de tu alma se ha extraviado, tu mente la busca y tu cuerpo no encaja. En un sentido figurativo, lastimar es el impacto del balazo, extrañar es el estado de coma en el que te deja, pero uno doloroso. Es difícil perder a un diamante, único e irreemplazable, no es cualquier piedra, es una piedra preciosa, realmente una gema.
Cuándo me gradúo en extrañar a personas? A veces parece ser lo único que hago.
Quizá podría decir que lastimar y/o extrañar a alguien es quizá una de las peores cosas que he tenido que experimentar. De hecho, creo que extrañar es un tipo de agonía que nunca termina, tal vez lastimar también, no podría ni imaginar cómo será extrañar a alguien que ya no está en este plano astral, tampoco quisiera hacerlo.
Hay días que la vida pesa un poco más que otros. Hay días que el fantasma de la nostalgia te abraza más fuerte y no te quiere dejar ir, tapa tus ojos con sus manitos fantasmagóricas y pasas todo el día con esa óptica gris y lúgubre. Hay meses que duelen más que otros porque las emociones también cumplen aniversarios; conmemorando sentimientos, un día de ceremonia.
Creo que nunca dejas de extrañar a alguien, empiezan a reaparecer personas en tu memoria, cuando esta empieza a fallar, terminas buscándola en cada esquina, luego la vez en otras personas, la ves en fechas, en cosas, en lugares, hasta en sueños y metas, y te arde un poco el pecho. Por ejemplo, no hay día que no extrañe a mamá y ya han pasado años que vivimos a distancia. Aprendes a extrañar mejor, de una manera menos ruidosa, más silenciosa, creas una curiosa amistad con el fantasmita.
Te guardaré en una cajita fuerte y diferente, donde los recuerdos ya no duelan, pero tu influencia prevalezca. Hay un poco de mi en ti, y hay un poco de ti en mi, por eso siempre extraño a mamá y por eso creo que siempre te extrañaré a ti, siempre lo haremos, ¿estás lista para aceptar eso? Si sigo romantizando el hecho de que ya no estás viajaré al año 2030 y continuaré escribiéndote cada noche. ¿Debo dejarte ir también de mi imaginación, de mis cuentos, de mi ficción? ¿Quieres saber cuántos encuentros ya vamos en mi mente? Solo cierra los ojos.
Ahogando a la tristeza, un día a la vez, no, un segundo a la vez, conquistando segundos, perdiéndole a las horas, ganando minutos, paso a paso, firme y constante, bastante débil e inestable.
Dicen que cuando la soledad se convierte en tu aliada, no hay marcha atrás.
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